Reducción de la carga muscular: Al disminuir la tensión y el esfuerzo requerido para ciertos movimientos, se reduce la demanda sobre los músculos y tendones, lo que previene el cansancio y mejora la resistencia.

Prevención de lesiones: Disminuir la fatiga ayuda a reducir el riesgo de lesiones por sobrecarga, tensión repetitiva o posturas incorrectas, como el síndrome del túnel carpiano o tendinitis.

Mejora del rendimiento: Al minimizar la fatiga, los usuarios pueden mantener una mejor precisión, velocidad y control en sus movimientos, ya sea durante actividades cotidianas, deportivas o profesionales.

Alivio del dolor: Para quienes experimentan dolor debido a tensión muscular prolongada o condiciones crónicas, una órtesis dinámica puede proporcionar alivio al distribuir mejor la carga o facilitar el movimiento.

Aumento de la recuperación: En contextos de rehabilitación, el uso de un accesorio que soporte y facilite el movimiento ayuda a que los músculos se recuperen de forma más efectiva, evitando esfuerzos innecesarios.

Postura y ergonomía mejoradas: Las órtesis dinámicas pueden corregir o guiar ciertos movimientos, lo que ayuda a mejorar la biomecánica y fomenta una postura más saludable al realizar actividades repetitivas.